La humedad del agua que sale de la roca impregnando las paredes, el bullicio contenido de la multitud que atraviesa la cueva, la virgen pequeña, modesta, viendo pasar los días y las rosas marchitarse y volver de nuevo a abrirse. La naturaleza y su belleza sobrecogedora mostrándose como otra diosa, tal vez la misma.
Plas, plas, plas...
ResponderEliminarUn abrazo.
Un buen encuadre, y un procesado magistral
ResponderEliminarUn abrazo
Di que sí, la belleza se puede encontrar en cualquier rincón.
ResponderEliminarAbrazos.
Excelente, Alberto.
ResponderEliminarAgustín.
Desde luego la fotografía es digna de que luzca en un búcaro.
ResponderEliminarSaludos.
Buena composición y uso del color que aumenta la sensación de las texturas.
ResponderEliminarMuy bien compuesta y con una excelente edición, buen color y definición. Un abrazo
ResponderEliminarBonito punto de vista y un color muy acertado, me gusta la escena .
ResponderEliminarSalutacions !!
Dificil, pero conseguida.
ResponderEliminar...que buena toma Alberto!
ResponderEliminarExcelente su edición. Un abrazo.
Ramón
Hola amigo.
ResponderEliminarYa es la segunda vez que paso por aquí a empaparme de todo lo que me he perdido en estos meses de ausencia.
No me lo acabo. Eres un monstruo.
Un abrazo
La humedad del agua que sale de la roca impregnando las paredes, el bullicio contenido de la multitud que atraviesa la cueva, la virgen pequeña, modesta, viendo pasar los días y las rosas marchitarse y volver de nuevo a abrirse. La naturaleza y su belleza sobrecogedora mostrándose como otra diosa, tal vez la misma.
ResponderEliminarUn abrazo.